Lo escuché en una película estos días, una verdad muy obvia, y que a la vez reta al ser humano, pues aunque hay temor al fenómeno, en clave ´´Husserliana´´, está ahí y amerita ser descifrado y conocido, pues ya se nos ha presentado y por lo menos inspira curiosidad e invita al acercamiento, y debemos hacerlo, siguiendo al filósofo Edmund Husserl, sin ningún tipo de prejuicio o ideas preconcebidas. La realidad es inmensa no se agota en unos meros concepto, siempre hay algo más por conocer, lo siempre nuevo está ahí, podrá existir algún frustrado que diga que todo es siempre lo mismo que son lo cambian los personajes, como si se tratara de una tragedia griega que constantemente se repite, pero no es así, y el mismo Señor en Apocalipsis 2 1,15 dice: ´´`!Yo hago nueva todas las cosas!´´, para corroborar que lo nuevo, lo por conocer está ahí.
El mundo de hoy es muy diferente, distinto, nuevas realidades se nos presentan, nuevos personajes irrumpen, nuevos grupos sociales piden ser reconocidos, esas periferias existenciales como dice el Papa Francisco que están ahí y esperan por nosotros, que nos acerquemos por lo menos, que preguntemos, que tratemos de conocer y no estigmatizar así sin más, que venzamos nuestro miedos y tratemos de averiguar qué es lo que hay, qué es lo que se mueve, no ser meros espectadores o ignorantes pasajeros, pues están en el mundo, en la realidad y algún significado tienen o para sí mismas o para nosotros.
Hace unos Domingos atrás Jesús nos decía en el Evangelio: ´´No tengan miedo´´, el Papa se lo repetía a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud, San Juan Pablo II cuando fue presentado como Papa dijo lo mismo como primeras palabras suyas como Pontífice de la Iglesia, por que el miedo se ha adueñado del corazón de los hombres, se ha convertido en la base de nuestro actuar y en la parálisis existencial por excelencia diríamos, y esta no puede ser la actitud del creyente de hoy, ello nos impide avanzar en la fe y en la sana convivencia con las realidades nuevas y con los interlocutores de hoy.
Hay que arriesgarse a conocer lo que está pasando en nuestro entorno, a no demonizar sin más; en la base de nuestro temores está nuestro desconocimiento de lo que está ante nosotros, que nos pide salir de nosotros a su encuentro y ver esos rostros nuevos y necesitados de nuestro reconocimiento, como diría el filósofo francés Levinas, pues muchas veces el temor ante lo desconocido en términos de personas o grupos nos lleva a discriminar y excluir, desconfiar y satanizar, incluso hasta reacciones violentas y de irrespeto. Jesús en su momento fue un total desconocido y junto a su proyecto del reino, inspiró temor en muchos de sus coetáneos, sobre todo en los grupos poderosos de entonces, pues se sintieron amenazados y temerosos ante su nueva propuesta, mucho de eso también vemos hoy ante la irrupción de estas realidades, grupos y personajes nuevos y antiguos que piden su participación libre y sin cohesión en el universo de hoy, y tenemos la obligación de vencer nuestros miedos, acercarnos, entrar en diálogos con ellos y darle su espacio, el que les toca como miembros de este mundo e hijos de Dios que son, y acoger estas perspectivas nuevas y valiosas, diferentes a las anteriores de ayer y de hoy, pero que piden a gritos su entrada y venciendo nuestros temores debemos y tenemos que dejarlas entrar, pues el mundo no se detiene, la realidad avanza y nuestro Dios y Señor por lo que vemos en su revelación a si lo quiere y pide.