El esfuerzo y trabajo dan vida 

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Por: José Jordi Veras Rodríguez.

Hace poco, en una conversación trivial con alguien a quien conozco hace muchos años en su trabajo frente a un salón de belleza, nos llamó poderosamente en atención la energía, deseos de vivir y actitud, de su propietaria, quien ya tiene más de sesenta años llevando a cabo la misma labor.  Inició cuando apenas contaba con dieciséis años, que desde su pueblo natal de Villa González, ya realizaba las primeras actividades de trabajo.

Le preguntamos a Doña Victoria Mercedes García, mejor conocida como Meky, que por qué aún laboraba con tanto empeño, dedicación, buen ánimo y todavía a su edad haciendo un trabajo y no descansaba.  Nos respondió: “el trabajo da vida.  Es preferible estar haciendo algo que te ayude a distraer la mente y esto  que hago, no es un trabajo, es algo que disfruto”.

Escuchar sus palabras, en la forma en que nos describía cada una de ellas y lo que deseaba transmitir, nos llenaba de motivación, se nos engranujaba la piel. Nos reafirmó el por qué tantas personas de la tercera y cuarta edad, si bien, pueden disponer de su descanso merecido, no deja de tener razón que tan importante resulta tener aquello que otros ven como una obligación, hay quienes lo hacen como una pasión y una manera de distraer la mente y no dejarla que se pierda.

Hay quienes, como doña Meky, son ejemplo para las generaciones actuales, porque lo es para su hijo Napier, sus demás hijas y nietos, que lo único que han observado es que el esfuerzo, la disciplina y el trabajo, hacen renacer el ser humano y lo aleja de todas aquellas malas sensaciones que pasan por nuestras cabezas o retardan que nuestras energías se apaguen antes de tiempo.

Hoy hay quienes pagan para no trabajar o simplemente miran el reloj para salir despavoridos, sin saber que se hace carrera con lo que hacemos.  Hay quienes hoy, solamente se limitan en lo que hacen, y realizan solo aquello que le encomiendan, no van más allá, y al mismo tiempo, están limitando lo que podrían llegar a ser.

No nos cansaremos de expresar, que estamos en este mundo para llevar mejores mensajes con nuestro accionar y forma de pensar.  Hacer algo mejor este pedazo de tierra y el mundo, que tantas cosas positivas necesita y menos canallas, envidiosos, egoístas y perversos.  Más de esos seres  humanos como doña Meky, que su sola presencia irradia buena vibra, y no hace daño a nadie, al contrario, con su forma de vida, nos recuerda que el buen ejemplo siempre será el mejor abono para todo orden social y más en el que vivimos, que luce descompuesto.