No hay otro espacio en donde haya realizado más fotografías de ceremonias que la catedral Santiago Apóstol.
Para quienes no conocen este lugar de la Arquidiócesis de Santiago, el mismo es templo mayor y museo. Allí reposan los restos de Ulises Heureaux y en su cripta inferior los restos de los obispos que han presidido esa sede, además de obras de arte y una carga histórica relevante.
Pues, llegado el momento de la incensación (símbolo de reverencia, purificación y santificación), ocurre que un torrente de luz matinal entra por la claraboya de la cúpula sobre el altar y muestra el humo del incienso que se esparce.
Al ver la foto posteriormente noté la presencia de una persona en la penumbra.
Vino la luz o se va con el incienso?
Todos sabemos que está allí. Pero, ¿y si no está?
Es sombra, incienso, luz?
Hay un espacio entre lo mental y lo real en que se crean mitos y duendes, formas y deformas.
En fin, cosas de la fotografía