Por : José Jordi Veras Rodriguez
Con el informe que fue dado a conocer por el Ministerio de Educación que abarcó desde septiembre del año 2022 hasta abril del año en curso, 2023, nos muestra varias realidades que inciden en el ámbito social o son el reflejo de lo que somos como sociedad. Bien lo establece un editorial del periódico el Nacional, titulado: “Manos sobre la cabeza”, y expresa entre otras cosas, lo siguiente:
”El Ministerio de Educación, a través de su Dirección de Orientación y Psicología, reveló ayer que durante el año lectivo en planteles escolares se han escenificado más de 20 mil conflictos violentos entre estudiantes y 1,724 enfrentamientos entre alumnos y docentes, cifras que obligan a llevarse las manos sobre la cabeza”
“En ese informe se indica que 1,154 estudiantes han quedado embarazadas durante el periodo que abarca desde septiembre de 2022 hasta abril de este año, y 112 niñas y adolescentes han sido violadas, y otros 28 embarazos fueron fruto de incesto, estadísticas que causan perplejidad e indignación”.
Sin dejar de mencionar que 3,445 de nuestras adolescentes han formado hogares a temprana edad.
Todas estas cifras nos sigue mostrando el elemento violencia sigue estando presente. Nos indica el tipo de vida que llevan nuestros menores en sus hogares y en la escuela misma. Y sobre todo, el ámbito de relación que existe entre estudiantes y profesores.
Cómo ha cambiado lo que era la escuela que conocimos siendo nosotros adolescentes y esta sociedad. El nivel de respeto que existía de un alumno hacía un docente. Es mucho lo que hemos perdido en el camino.
Por igual, tenemos más menores llegando al suicidio; con depresión fuerte. Ese informe también deja entrever la vida de los adolescentes en sus hogares cuando son violados por familiares y personas de confianza.
A todo lo indicado, tenemos una escuela que logró en el 2013 el 4 por ciento y eso parece no haberse aprovechado para mejorar el sistema, en la misma medida cómo lo ha sido para aumentar la burocracia. A todo esto, tenemos un organismo como la ADP, que le cuesta verse sintonizada con toda este drama del cual, es parte del problema pero hoy no así de la solución. Y la más reciente hazaña de este seudo gremio, es dejar de dar clases en semanas consecutivas, por reclamo salarial y de pensión. Y qué culpa tienen los millones de estudiantes de seguir perdiendo tiempo valioso en recibir docencia y que de por sí, está cuestionada su calidad y entrega.
No podemos seguir caminando hacia un futuro con estos números y con este escenario. Porque aunque no lo veamos, todo esto nos afecta como Estado y como nación. Porque al fin y al cabo, éstos adolescentes forman y formarán parte del sistema económico, político y social. Entonces no pensemos que estaremos fuera o dentro de alguna burbuja que no seremos afectados, porque ya lo estamos.