La sabiduría de la que hablan las Sagradas Escrituras proviene de Dios, la única fuente de sabiduría. El libro de Job enseña esto en particular:
Más la Sabiduría, ¿de dónde viene? ¿Cuál es la sede de la Inteligencia? Ocúltase a los ojos de todo ser viviente, se hurta a los pájaros del cielo. La Perdición y la Muerte dicen: «De oídas sabemos su nombre.» Salt Dios su camino ha distinguido, solo él conoce su lugar (Porque él otea hasta los confines de la tierra, y ve cuanto hay bajo los cielos.) ley and un camino a los giros de los truenos, entonces la vio y le puso precio, la constitución y la escudriña. Y dijo al hombre: “Mira, el temor del Señor es la Sabiduría, huir del mal, la Inteligencia.” (28, 20-28).
El Pseudo-Dionisio Aeropagita, que vive a finales de los siglos V y VI, se da cuenta de que Dios no solo está más allá de la plenitud de la sabiduría, sino que es la sabiduría misma. La sabiduría pertenece a su esencia. Por lo tanto, los ángeles, estando en una especial cercanía a Dios, tienen acceso directo a la plenitud de la sabiduría de Dios. Además, al tener un intelecto muy superior al intelecto humano, tienen la capacidad de extraer de la sabiduría de Dios sin límites.
Los ángeles en la Palabra de Dios saben todo antes de que suceda. Y cuál es el futuro entre las personas hasta ahora, los Ángeles ya lo saben por revelación de Dios. También se debe enfatizar que entre los ángeles algunos son más grandes que otros, tanto en términos de conocimiento como de fuerza de voluntad. Esta diferenciación es la base de la jerarquía angelical.
LOS ÁNGELES UTILIZAN EL CONOCIMIENTO Y LA SABIDURÍA DE DIOS
Una mujer de Tecoa, en una conversación con el rey David, admirada de su extraordinaria sabiduría, dijo: Mi Señor es muy sabio, como un ángel de Dios, él sabe todo lo que sucede en la tierra (2 Samuel 14,20). Aquí tenemos una mención muy clara de la sabiduría de los ángeles, cuyo conocimiento es extenso y extraordinario, ya que saben todo lo que sucede en la tierra. Este es un claro testimonio de la participación de los ángeles en la omnisciencia de Dios.
Según los teólogos, la inteligencia de los ángeles, a diferencia de la nuestra, está orientada hacia las cosas inmateriales y no necesita crear un proceso de razonamiento para saber nada, porque tiene el conocimiento infundido por Dios. Vemos la profundidad y penetración de la inteligencia de los ángeles cuando consideramos sus múltiples y sobrenaturales actividades que realizan al servicio del mundo y del hombre. Esto nos da una idea de las capacidades intelectuales de este ser espiritual.
Santa Teresa del Niño Jesús, en una de sus cartas a su hermana Celina, la convence de la increíble superioridad del amor sobre todas las demás cosas, argumentando:
“Nuestro Amado Señor no necesita nuestros pensamientos extraordinarios ni nuestras obras ruidosas; porque si busca pensamientos nobles, acaso no tiene sus Ángeles, pues tiene todas las legiones de espíritus celestiales cuyo conocimiento sobrepasa al de los más grandes genios de nuestra miserable tierra?”
EL AMPLIO PELIGRO DE LOS FALSOS VALORES Y LA PSEUDO-SABIDURÍA
Pidamos a los ángeles la sabiduría del corazón, para que no nos perdamos en el caos de los falsos valores y la pseudo-sabiduría. Como sabemos, una de las grandes aspiraciones de nuestro tiempo es el conocimiento y la educación. Muchos tienen un amplio conocimiento sobre sí mismos y el mundo, pero esto no prueba en absoluto su sabiduría, ya que no saben lo más importante: quiénes son y por qué viven. Incluso tienen miedo de hacerse este tipo de preguntas. Y estas preguntas consideran “anticientíficos” y tratan a la ciencia como el último oráculo de la verdad sobre el hombre.
Mientras tanto, la ciencia no siempre se asocia con la verdadera sabiduría. Cada vez más, se trata de creencias subjetivas en lugar de hechos objetivos. Esto se aplica especialmente a las ciencias del hombre. No es de extrañar que, desde principios del siglo XXI, cada vez más personas crean en horóscopos y supersticiones, en adivinación y profecías. También hay cada vez más personas entre nosotros ingenuas, irreflexivas y tontas. También entre los que tienen estudios superiores, los universitarios.
Ángeles celestiales ayúdennos a enriquecernos ante Dios y a buscar sólo aquello que conduce a la felicidad eterna. Defiéndannos de todo mal que le espera al hombre moderno en el caos existente de falsos valores y pseudo-sabiduría. Amén.
