Juan Boca de chucho es un personaje del municipio de Copey, Montecristi, cuya edad, al decir de sus vecinos, ronda los 90 años.

Aquellos vinculados a los manglares de Estero Balsa comentan que desde que eran niños están viendo a Juan pescar en las tranquilas aguas del manglar. Conduce “a puya” (sistema para impulsar “la nave” mediante una pértiga de madera que se introduce en el fondo del estuario), su sencillo bote.

Ellos lo conocen desde que tienen “uso de razón”.

Vi a Juan al cruzar los manglares del brazo derecho del Estero, en un recodo del mismo, justo donde merodea el Martín Pescador, señal de abundancia en la pesca.

Juan no abandona el cigarro que se acomoda en su boca, y en momentos puntuales suelta “un copaso” de humo para ahuyentar los mosquitos. Al saludarle solo levantó un brazo, su voz puede espantar a los peces.

Su imagen refleja calma, empatía con un entorno que le regala cada día su modo de vida. Pesca con hilo, un pez a la vez, evalúa su tamaño y suelta al mar aquellos que aún no alcanzan condiciones de consumo. Juan solo captura lo que necesita. El cardumen y su entorno, tienen en Juan un aliado de prácticas positivas.

La sostenibilidad ambiental es el equilibrio generado en la relación armoniosa entre el ser humano y la naturaleza que lo rodea y de la cual forma parte. Una definición condicionada a que esta relación hombre/naturaleza sea sustentable, que permanezca a lo largo del tiempo

Juan Boca de Chucho, un personaje del Parque Nacional Manglares de Estero Balsa, ejemplo de uso adecuado del espacio con mínimo impacto y que educa con su quehacer en el conocimiento de las prácticas propias de la sostenibilidad.

“La tierra ofrece lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la codicia de cada hombre” . (Mahatma Gandhi)

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