Palabras sueltas

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Sobre algunas locuciones latinas

Por distintos motivos, todavía es frecuente entre nosotros el uso de locuciones latinas (yo mismo he usado algunas en este libro). Pode­mos escucharlas en boca de los co­mentaristas de radio y televisión, en un discurso, o hasta en la conversa­ción común. Muchos se lamentan todavía de que el latín fuera deste­rrado del pensum de casi todas las ca­rreras y de casi todos los centros de estudios, con excepción de algu­nos centros eclesiásticos, pues esto conlleva el desconocimiento de la lengua madre de nuestro idioma y de todas las lenguas conocidas como románicas o neolatinas. Acarrea, además, el manejo inadecuado de las referidas locuciones.

Aquí, como en otras tierras, se reportan incluso errores garrafales en esta materia. He escrito alguna vez que escuché a un conferencista, universitario, invitado para hablar al club de jóvenes de mi comunidad de Licey San José. En el transcurso de su exposición se expresó en estos términos: “Y como dijo el pensador francés: Mens sana in córpore sano…” Los que conocíamos la citada expresión, nos asombramos ante la noticia de que al romano Juvenal (muerto en el año 130 d. C.) le ha­bían otorgado, post mórtem, la tardía nacionalidad francesa. Se supone que el conferencista ni se enteró de que la frase no estaba en francés, sino en latín. Creo que el uso de esta expresión ha decaído un poco, pues antes no faltaba a la hora de encarecer el deporte como sana actividad para jóvenes. Aunque tanto el Pe­queño Larousse como Fernando Lázaro Carreter nos re­cuerdan que esta expresión, en boca de su creador, no tiene nada que ver con deporte, pues Juvenal pedía para sí las dos cosas, es decir, cuerpo sano y mente sana, sin condicionar la segunda a la primera. Pero el uso va haciendo variar el significado original de algunas de estas locuciones. Es lo que ha sucedido con modus vivéndi, cuyo significado primario es ‘acuerdo transitorio entre partes en pugna’, pero que a veces se usa referido al ‘modo de ganarse la vida’ (Cf. Diccionario de uso del español actual Clave, Madrid 2002. En la 22ª ed. de la RAE no aparece esta segunda acepción).

Es común escuchar en los medios la expresión a priori (‘antes de exa­minar el asunto del que se trata’), más que a posterióri (‘habiendo ya conocido el asunto’). Muy usual es también grosso modo (‘de manera general, sin entrar en detalles’); solo que, por lo común, le agregan una a que no lleva: “a grosso modo. El caso ablativo latino en que se en­cuentra la frase no lleva preposición: “Lo explicaré grosso modo”.

En cuanto al caso ablativo, ha de decirse que es el mismo para la ex­presión antes muy usada statu quo (státu quó, no státu qúo, como se escucha comúnmente), ‘estado de cosas en determinado momento’, que la gente suele pronunciar y escribir incorrectamente status quo; la confusión viene de que también se usa status (estatus),‘posición que ocupa una persona en un grupo o so­ciedad’. Status es caso nominativo.

Es popular, además, la expresión modus operandi; la conocen muy bien los habituados a ver películas de asesinos en serie, pero también los que escuchamos las ya comunes noticias sobre crímenes. Parece que esta locución, junto a la mencionada modus vivendi, han influido para que muchos usen inadecuadamente mutátis mutándis (‘cambiando lo que deba cambiarse’; ‘haciendo los debidos ajustes’), pues es común oír y ver escrito mutatis mutandi, sin la s final.

Mótu proprio significa ‘de ma­nera voluntaria’; esta misma expresión corresponde a un tipo de documento emitido por el Papa. No lleva ninguna preposición: “Te he incluido, motu proprio, en mi testamento” (no ‘de motu proprio’); es común oír motu propio, pero en latín es proprio, no propio.

“Nada humano me es ajeno” es sumamente común entre nosotros (y antes lo era más). Corresponde a la expresión de Terencio: Níhil huma­num a me aliénum puto (que aparece también como “Homo sum, humani nihil a me alienum puto”, y aun de otras formas). En este país rara vez la he escuchado en latín, lo cual atribuyo a que en castellano suena algo más suave y, además, no tiene el ‘puto’ final…

 

 

Peccata minuta también es muy usual. Se refiere a ‘faltas

pequeñas’ o también a ‘cosa pequeña o sin importancia’. He

visto y oído varias deformaciones de esta expresión: percata

minuta, pescata minuta… ¡Válgame Dios!

In artículo mórtis, ‘en trance de muerte’; expresión tomada

del Derecho: “Firmó el documento in articulo mortis.” “Celebró

el matrimonio in articulo mortis”.

Mis amigas las palabras – Freddy Bretón d 282

Mea culpa. Tomado de la liturgia católica: “Mea culpa, mea

culpa, mea maxima culpa..” (Por mi culpa, por mi culpa, por

mi gran culpa…). Del Confíteor (“Yo confieso”), al inicio de

la Misa. Es utilizada con el significado de ‘reconocer el error,

pedir perdón.’ “Los precandidatos… en su afán por captar

seguidores criticaron a su propio Gobierno y hicieron (sic)

mea culpa en torno al accionar del partido…” (El Caribe, 13

de julio del 2014, ed. digital).

Sanctasanctórum es quizá una expresión menos usada entre

nosotros, pero se escucha y se lee de vez en cuando. Se refería

al lugar más santo del templo judío, al ‘santo de los santos’, es

decir, el lugar santísimo. Aparte del atrio, vestíbulo o pórtico

(ulam), el templo judío tenía dos partes más: el hecal, llamado

luego ‘el santo, la morada’, y el debir, el lugar santísimo o

santo de los santos (en latín, sancta sanctorum), al cual solo

entraba el sacerdote, en contadas ocasiones. La usamos para

referirnos al lugar más ‘respetado, secreto, reservado’, o también

a alguna cosa muy apreciada por nosotros. Hace poco

escuché en EWTN, repetidas veces, a alguien que decía nítidamente

“santun santorun” (¡!).

Cárpe díem, tomado de una oda del poeta Horacio, es

popular todavía, con el significado de aprovechar o disfrutar

el momento presente. En los años de la efervescencia hippie

la vi escrita en grandes cartelones, junto con la versión

propia de Jorge Santayana: “Disfrutemos el ínterin” (“There

is no cure for birth and death save to enjoy the interval” (No

hay cura para el nacimiento y la muerte, salvo disfrutar el

Mis amigas las palabras – Freddy Bretón d 283

intervalo [ínterin]). He oído que lo pronuncian cárpe diém

y debe decirse cárpe díem.

Todavía se usa Nihil obstat, que significa que un libro tiene

la aprobación eclesiástica (que nada obsta o se opone). Se

pronuncia nil (o también níkil) óbstat.

No sé por qué entre nosotros es frecuente oír la palabra

hábitat pronunciada como aguda, habitát; (¿será quizá

por influjo del idioma francés?). Corresponde a la tercera

persona, singular, del verbo habitare (habitar) y se

pronuncia hábitat.

Es común encontrar en los periódicos, escritos dedicados a

alguna persona difunta: A Don Fulano, in memoriam. O sea,

“en recuerdo de Don Fulano”. Pero ignoro por que es tan común

encontrarlo escrito “In memorian”, con n en vez de la

m; (quizá porque así lo pronuncian). Debe ser In memoriam

(terminando en m y con acento idéntico a la palabra castellana

memoria. O más simple aun: “En recuerdo de Mengano.”

 

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