¿Quién está educando al Pueblo?

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“¡Estén siempre despiertos!”

“Pidan fuerzas para escapar de todo lo que está por venir y manténganse en pie ante el Hijo del hombre”.

Primer domingo de Adviento, y la primera lectura tiene mucho que ver con la promesa que hizo Dios a la casa de Israel y a la casa de Judá, del vástago legítimo que hará justicia y derecho en la tierra.

Es el primer domingo de Ad­viento. Nos preparamos para recibir al Rey de Reyes, al Rey de Señores. Adviento, tiempo Santo que celebra la Iglesia en los 4 domingos que preceden la Navidad.

En estos momentos de terrorismo, de tanto miedo a lo que nos pueda suceder, debemos conservar la esperanza en El que ha de venir. Que nos liberará de la esclavitud del pecado y nos reconciliará con Dios. El, que vino al mundo, a dar testimonio de la verdad, debe de estar muy triste con la actitud de nosotros los cristianos, que continuamente vivimos en la mentira y la falsedad, aparentando cosas que no somos, para quedar bien con la sociedad que nos rodea.

Jeremías, el profeta de la primera lectura, es un profeta muy conocido. A él, le tocó vivir y actuar en una época tumultuosa, y debemos leer bien sus escritos, que nos servirán  para poder subsistir nosotros también, a esta época que estamos viviendo. Pero, que debemos mantener la alegría, como cuando “se salvó Judá y en Jerusalén vivirán tranquilos y la llamarán así: “Señor, nuestra justicia”.

Y aunque el Evangelio según San Lucas, nos habla, de los fines de los tiempos, insiste en que debemos de permanecer despiertos, pidiendo fuerzas para escapar de todo lo que ha de venir y mantenernos en pie ante el Hijo del hombre.

“A ti Señor, levanto mi alma” nos dice el salmista, pidiendo “que nos enseñe sus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad, enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía con sus fieles y les da a conocer su alianza.” Oh Señor, te pido en este tiempo de Adviento, que nos ayude a prepa­rarnos muy bien para tu próxima venida, siendo fieles a Tu Verdad.