Padre mío, me abandono a ti

Haz de mí lo que quieras

Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo con tal de que tu voluntad se haga en mi…

Esta oración de San Carlos de Foucauld, que Monseñor Rafael Felipe, Fello, hizo suya, describe su paso por este mundo. 

Sus huellas de servicio y entrega están marcadas en el camino de todos aquellos que tuvieron la oportunidad de caminar a su lado.

Santiago, Licey, Puerto Plata, Mao, Salcedo, Tamboril,  la Diócesis de Barahona, y otros pueblos son testigos de la obra de bien que realizó Monseñor Fello.

Esperamos que en las generaciones de sacerdotes, y laicos que formaste, de manera incansable, quede grabada tu integridad y sencillez.

Monseñor Fello vivió ligero de equipaje. En su vida podemos leer las páginas del Evangelio. Gracias por darnos tanto, querido, y siempre recordado Monseñor Rafael Felipe, Fello.


Cumpliste a cabalidad lo que dice la oración de abandono: Padre mío… porque para mi amarte es darme, entregarme en Tus manos sin medida, en infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.