Una vez, el Señor Dios, cuando ya era el tiempo señalado para manifestar su Palabra, fue a visitar a las Estrellas del firmamento. Todas salieron a recibir con alegría a su Creador. Una de ellas, se esforzaba por acercarse lo más posible a Dios y contemplar su hermosura incomparable! Más le resultaba imposible, porque era muy pequeña, y las demás, formando constelaciones, ya habían ocupado los primeros lugares frente a su Hacedor. 

El  Señor fijó la mirada en aquella estrella y le dijo: “A ti te encargaré una gran misión, y será la de guiar a la humanidad hacia Belén, la casa del Pan, la más pequeña de Judea. ¡Escucha!. Allí, en un pobre establo, nacerá un Niño y será recostado en un pesebre;  estará rodeado del amor de una virgen Madre, de su humilde esposo y del calor de unos animales.

Esa era la señal a la que me refería cuando le hablé al Rey Acaz, en tiempo del profeta Isaías. ¿Ves esa virgen encinta que ha entrado a Belén montada en un burrito y asistida por su esposo?  ¡Es Ella! ¡Apresúrate mi estrella escogida! Apresúrate estrella de Belén. No pierdas de vista a esos tímidos caminantes que buscan posada y que nadie los acoge. 

¡Ve!, e irradia tu Luz sobre los reyes sabios que avanzan por el desierto hacia la pequeña aldea;  no quiero que se desorienten en el camino; ellos están instruidos de que una estrella los guiará hacia el lugar citado por el profeta Miqueas. ¡Tu serás esa Estrella! 

¡Déjate ver por los Pastores en la medianoche! ¡Alúmbralos cuando mi ángel pregone la gran noticia del nacimiento del Mesías!  

¡Muéstrate a Jerusalén! ¡Que te vean todos los hombres de buena voluntad! ¡Tu serás testigo de todo lo que sucederá en ésta noche luminosa! ¡Únete a las alabanzas de los millares de Ángeles que glorificarán mi Nombre en los cielos y en la tierra; y que invocarán la Paz para todos los hombres que me aman!

¡Mi Estrella predilecta! ¡No te preocupes por tu pequeñez y porque tu luz es tenue! Basta con que cumplas con lo que te pido y verás grandes maravillas!

 ¡Apresúrate, Estrella de Belén, que ya no hay tiempo!  ¡El Mesías está por nacer!