Doña Elsa Brito de Domínguez ejemplo de entrega y fe

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Publicamos fragmentos de la Cátedra Magistral sobre la elevación de la  universidad Católica Madre y Maestra a la categoría de Universidad Pontificia, que tuvo como conferencista de Honor a Doña Elsa Brito de Dominguez, una mujer que encarna, en cuerpo y espíritu, los valores fundacionales de nuestra universidad: el amor al saber, la fe que ilumina la inteligencia y la entrega generosa a las generaciones que vienen detrás.

Doña Elsa Brito de Domínguez nació en Tamboril, el 10 de diciembre de 1935, en un hogar donde aprendió el valor del estudio, la disciplina y el servicio. 

En la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña obtuvo el título de Licenciada en Educación y Orientación, consolidando una sólida formación que marcaría toda su vida profesional. 

Su carrera docente comenzó en 1957 en el Liceo Ulises Francisco Espaillat, donde laboró durante casi dos décadas. En 1975, se integró al claustro de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, donde impartió docencia durante más de cuarenta años. Se jubiló con el rango de Profesora Asociada, dejando una huella profunda en la historia de la institución y en el corazón de sus estudiantes. 

Doña Elsa ha sido también maestra en su vida familiar, junto a su esposo ya fallecido, formó una hermosa familia de cinco hijos: Pedro, Francisco, Alejandro, José Luis y Elsa María. Todos egresados de esta Universidad. Tres son abogados, uno médico y otro economista. 

Es cofundadora y primera presidenta de la Sociedad Cultural Ronda Literaria y más tarde presidenta del Ateneo Amantes de la Luz. 

Ha recibido distinciones como: la Orden al Mérito Duarte, Sánchez y Mella; el Reconocimiento Salomé Ureña del Ateneo Dominicano; y el Premio Cristo Vivo, otorgado por la Embajada Dominicana ante la Santa Sede. Ha sido declarada Hija Meritoria de Tamboril, y su nombre da identidad a centros educativos y calles de nuestro país.

En Doña Elsa se entrelazan la maestra que enseña, la poeta que nombra la belleza, la gestora que impulsa la cultura y la creyente que testimonia su fe con alegría y esperanza.