P. RICHARD MURRAY
Se acerca rápidamente la Navidad 2025, más de 2000 años después de la redención. La situación del mundo gira en torno a violencia y amenazas de más violencia. Con el constante aumento del costo de la vida, aumenta la pobreza. Y con un desarrollo cada vez más rápido de la inteligencia artificial, los obreros pierden más puestos de trabajo. Las familias sufren.
Sin embargo, los vicios de la borrachera y los juegos de diversos tipos aumentan en vez de disminuir. Los crímenes en los cuales se pierden vidas no sólo de adultos, sino también de niños, son noticias cada vez más frecuentes. Sin embargo, se acerca la Navidad.
En una nación que se considera católica, cristiana, tiene que hacerse un buen examen de conciencia, si de verdad quiere celebrar el nombre de JESUCRISTO, que vino por AMOR a enseñarle a la humanidad cómo debe vivir el hombre, como imagen y semejanza de Dios. No se entiende cómo las personas pueden felicitarse cuando la fraternidad está siendo tan grave y constantemente pisoteada.
Cuando oramos al Padre Nuestro, estamos reconociendo dos verdades grandes: Primero, que Dios es el Padre de TODOS y segundo que este hecho nos hace a todos nosotros hermanos. Y Jesucristo es el Hermano Mayor de todos nosotros, además de ser nuestro SALVADOR. Tenemos todos los motivos y razones en el mundo para mejorar nuestra manera de vivir y convivir los unos con los otros.
Él, JESUCRISTO, ES EL EJEMPLO. Donde quiera que se vea un PESEBRE, nos debe recordar que el Hijo de Dios y de María es nuestro HERMANO y debe reconocer y vivir por Él, con Él y en Él ese amor y fraternidad que Él vino a traer y enseñar con su propio ejemplo.
¡Feliz y santa Navidad en Cristo Jesús, hermanos y hermanas todos!




