La palabra, el majestuoso recurso que permite comunicarnos, es pincel, pluma, cincel y diapasón que nos ayuda a poner valor a las cosas animadas e inanimadas y así elevar, en nuestro entendimiento, su condición de pertenencia al todo de lo creado.
La flor conocida como Peregrina o Flor de la Peregrina (jatropha integerrima), es una especie nativa de Cuba y la Hispaniola, la que oculta su condición tóxica al ingerirse cualquiera de sus partes, detrás de su peculiar belleza enmascarada en su purpurosea esencia cromática.
La Peregrina es una metáfora vital.
La vía esencial para un soneto.
Peregrina. La Flor A orillas del camino se adivina
la llama tenue, errante peregrina;
su pulso rojo, tímido, reposa
como un secreto antiguo que ilumina.
Testigo leve, humilde y casi divina,
del paso del amor que se desposa,
de la pena que hiere silenciosa
y de la sombra muda que camina.
Más cuando el día en su rumor venía
por la sendera tibia y polvorosa,
la flor ardía en dulce profecía.
Porque en la vida breve y misteriosa,
la flor que escucha al mundo en agonía
sonríe al sol en ofrenda ominosa.



