“Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lc 24,32).
La experiencia de los discípulos de Emaús nos recuerda que la fe cristiana se vive caminando. En medio del cansancio, del desánimo o de la incertidumbre, Jesús sale a nuestro encuentro, camina a nuestro paso y enciende nuevamente la esperanza. Así también nosotros, como Iglesia y como familias, estamos llamados a descubrir su presencia en cada tramo del camino de la vida.
Este fin de semana, miles de familias dominicanas participarán en la caminata Un Paso por Mi Familia, bajo el lema “Con esperanza hacia la Pascua”. Es un signo de fe que nos une y nos impulsa a mirar adelante.
Como nos enseña el Papa Francisco: “La familia atraviesa un camino de crecimiento y de realizaciones progresivas del don de Dios… Su mirada debe estar siempre orientada hacia adelante” (Amoris Laetitia, 325).
Caminar con esperanza significa no detenernos ante las dificultades, sino confiar en que el Resucitado camina con nosotros. Él convierte el cansancio en fuerza y la tristeza en alegría. La Pascua no es solo un recuerdo: es una meta que da sentido a nuestro esfuerzo cotidiano.
Pidamos al Señor que nuestras familias sean lugar donde el corazón arda de nuevo con la Palabra, donde se escuche, se perdone y se camine en comunión. Así, cada paso que demos juntos nos acercará más a la Pascua del amor y de la vida nueva.




