Cuyaya

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Nombre científico: Falco sparverius dominicensis. Familia: Falconidae

Se conocen 17 subespecies del Falco sparverius distribuidas en toda América, desde Tierra del Fuego hasta Canadá. La nuestra lleva el apellido “dominicensis“. Es una de las pocas especies de rapaces que presentan dimorfismo sexual evidente, incluso en el plumaje juvenil.

Los machos son de menor tamaño que las hembras. En su plumaje tienen las cobertoras de las alas de un color grisáceo claro con puntos negros, y las primarias negras con puntos blancos. La cola es rojiza con una franja negra en el extremo seguida por puntas blancas.

La hembra es de mayor, en su plumaje adulto tiene tanto las cobertoras del ala como la cola de un tono rojizo matizado con negro.

Se alimenta de insectos, roedores, anfibios y reptiles pequeños que caza volando desde un sitio alto. A veces se cierne desde una posición estática en vuelo. Esta cualidad le dio ganancia a su nombre “cernícalo”.

Como es común en el género “falco”, utiliza las cavidades construidas por carpinteros y otras aves para hacer su nido, donde deposita, por lo general, cinco huevos. La crianza es alternada, ya que en principio es asunto del macho, pero al crecer las crías, la hembra se integra a la caza y a la alimentación.

Se encuentra en todo tipo de ambientes, predios agrícolas, torres urbanas, zonas montañosas.

La observación regular es en solitario o en parejas. No forman grupos sociales.

El cernícalo es un manejador natural del ecosistema, ayudando a mantener la salud y el equilibrio de la naturaleza.

Lo hace como controlador de plagas, al ayudar a mantener bajo control poblaciones de animales que podrían dañar cultivos o propagar enfermedades.

Mantienen el equilibrio ecológico al regular poblaciones de especies específicas.

Su presencia puede indicar un ecosistema sano, ya que necesita zonas abiertas con disponibilidad de alimento y sin contaminación excesiva.