-Vilma García

En la actualidad, la tecnología permea cada rincón de nuestras vidas. En ese sentido, lo recomendable es que las familias, al enfrentar el desafío crucial, aprovechen la tecnología en tareas como: acompañar a sus hijos en el uso responsable y productivo de los recursos digitales. Lejos de ser una amenaza, la era digital puede convertirse en aliada activa para la crianza y el aprendizaje, si se vive desde el amor, la fe y el compromiso educativo.

Los dispositivos móviles, las redes sociales y plataformas educativas no son en sí buenos o malos, lo que en sí lo es, es la forma en la que la utilizamos. Por eso, es vital que los padres y tutores asuman un rol diligente, guiando a sus hijos en la prudencia de contenidos, el respeto por los demás y cuidado de su integridad emocional y espiritual.

Ejemplo de esto son familias que establecen horarios para usar pantallas, fomentan el diálogo sobre lo que los hijos ven en internet, y promueven momentos de desconexión para conectar en familia, compartir en comunidad, oración y recreo para realizar juegos, contar experiencias y aprovechar para aconsejar al respecto.

Hoy día, existen diversos recursos digitales que pueden fortalecer la labor de crianza como: Foros de discusión de diversos temas, blogs, canales de YouTube, aplicaciones móviles y cursos en línea, que ofrecen orientación del desarrollo infantil, la disciplina positiva o valores, educación emocional; como control de emociones o inteligencia emocional y espiritualidad familiar.

La responsabilidad de las familias en esta era no es solo fiscalizar, sino formar. Formar en valores, criterio, fe. La tecnología puede ser una vía hacia el corazón de los hijos, si se utiliza con propósito educativo, presencia y oración. Como dice el Papa Francisco: ‘La familia es el lugar donde se aprende a amar, a perdonar, a ser generoso y vivir en comunión.’ Mi deseo es que también sea el lugar donde se aprende a usar la tecnología para el bienestar, el crecimiento y la gloria de Dios.