Diácono Ysis Estrella
“La mies es mucha, pero los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Lc 10,2).
El 18 de octubre celebramos a San Lucas, evangelista que nos regaló el rostro misericordioso de Jesús. Su evangelio nos muestra a un Señor cercano, que se deja encontrar por pobres y pecadores, y que envía a sus discípulos con un mensaje de esperanza. Lucas recuerda que la misión no es privilegio de unos pocos, sino tarea de todos los bautizados. El anuncio del Evangelio nace de un corazón agradecido que ha experimentado la ternura de Dios.
Al día siguiente, la Iglesia celebra el DOMUND, Jornada Mundial de las Misiones. Cada año, el Papa nos invita a mirar más allá de nuestras fronteras y a recordar que la fe crece cuando se comparte. No se trata solo de enviar ayuda económica a lugares lejanos, sino de asumir que cada hogar, cada trabajo y cada comunidad son tierra de misión. Evangelizar es hacer presente el amor de Dios en los gestos sencillos de la vida cotidiana.
El mundo de hoy, marcado por la indiferencia y la desesperanza, necesita discípulos misioneros que sean testigos de alegría y portadores de paz. Como decía san Pablo: “¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!” (1 Co 9,16). La misión es la identidad misma de la Iglesia y el compromiso de cada cristiano.
Hoy podemos dar un paso concreto: rezar por los misioneros, colaborar con generosidad en el DOMUND y atrevernos a hablar de nuestra fe. Seremos así mensajeros de esperanza que contagian vida y confianza en Cristo Jesús.