No solo prohibición 

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Realidades y extractos

Por: José Jordi Veras Rodríguez.

Hace poco, leíamos sobre una campaña que ronda a nivel internacional y ha sido acogida en nuestro país por movimientos ambientalistas y se refiere al uso del material Foam. Este término se refiere a un material que consiste en una estructura de celdas abiertas o cerradas que están rellenas de gas. Su uso es muy variable.  En nuestro país, es muy utilizado para la conserva de comidas que las mantiene caliente y es fácil de transportar por su ligereza.  Es un material no degradable.

En cuanto a la campaña que se ha denominado, “Dale Banda al Foam”, busca preservar el medioambiente y todo aquello donde este material pueda causar daño cuando es dejado a la intemperie. 

Este movimiento ha tenido mucho sonido a nivel de Europa y ahora ha ido calando en nuestro país, con la situación del uso que el mismo tiene de forma progresiva .  Y evidentemente, ha habido preocupación desde hace tiempo por las industrias que han hecho un emporio de la producción y distribución del mismo.

Estamos totalmente de acuerdo con la prohibición de todo aquello que dañe, afecte o de alguna manera siga alterando el ecosistema del mundo, porque los efectos no es que se van a ver sino que ya se están sintiendo.  

Desde hace más de treinta años cuando se hablaba de como el gas utilizado para los aerosoles y los aires acondicionados, manejados de forma indiscriminada y no segura, afectaría al medioambiente y contribuiría con el calentamiento de la Tierra, y a muchos de los efectos que se advertían para esos tiempos, es lo que hoy vemos y estamos padeciendo.

El tema de nosotros como seres humanos, es que no podemos solamente vivir pensando que utilizando la cultura de la “prohibición”, que no está mal, pero no debería ser el talón en el que nos debemos sostener, sino, en la educación y conciencia.

  Es saber que aunque nadie me lo prohíba, debo estar consciente que ir a las playas y montañas con ciertos materiales o dejar basura en esos sitios, está perjudicando grandemente todo lo que se llama naturaleza y con ello, a cada especie viviente.

Estamos acorde, como hemos dicho con este tipo de campaña, que de una vez y por todas, nosotros como  nación asumamos esto del Foam y del plástico, que dependiendo de cómo actuemos con ellos estaremos haciendo una buena o mala labor.  

Por eso, si solamente nos basamos en el método de la prohibición, siempre tendremos algo insostenible y débil, y más en un país como el nuestro donde las reglas no se cumplen, y son más un deporte que una norma. 

Debemos basar nuestra fortaleza en hacer que la gente comprenda y adquiera conciencia de que si sigue mal utilizando, ese o cualquier otro material no degradable y aun lo fuere, seguiremos destruyendo el planeta.

¿Cuántos de nosotros vamos con nuestras fundas reusables a los supermercados o negocios de comida y provisiones?  La mayoría, si la tiene la deja en sus vehículos porque no tenemos la costumbre, ni la educación enraizada, o utilizamos las fundas plásticas que ofrecen en esos negocios.

Entonces, no es solamente hablar de impedir, sino que la mayoría de los ciudadanos debemos asumir el compromiso frente a nosotros mismos, hijos y nietos, para mejorar lo que somos y tenemos como país, asegurar que vivimos bajo un nivel de conciencia, aunque tome tiempo, como les sucedió hace muchos años a los costarricenses que hoy viven de un turismo que básicamente puede exhibir en favor del ecosistema.  Y nosotros, ¿para cuándo? Necesitamos menos prohibición y más educación.