Arianny Torres Martínez

Agradecemos a Dios por permitirnos celebrar una vez más la Pascua Juvenil, una experiencia de fe, comunión y esperanza que fortalece el corazón de nuestra Iglesia joven. 

El pasado domingo 20 de abril, el multiuso de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) se llenó de alegría, vida y espíritu pascual con la celebración de la Pascua Juvenil 2025. El lema fue: “Resucitados llenos de Esperanza”. Más de 1200 jóvenes provenientes de las diferentes zonas pastorales se congregaron para proclamar con fuerza que Cristo ha resucitado y vive entre nosotros.

La jornada contó con la presencia de Monseñor Héctor Rafael Rodríguez, Arzobispo Metropolitano de Santiago, quien dirigió palabras de aliento y motivación a los jóvenes, animándolos a ser testigos de esperanza en medio de las realidades que atraviesa nuestro país y el mundo. 

Le acompañaros los Padres Juan Morillo, Director Arquidiocesano de la Pastoral Juvenil, Elvin Domínguez, Juan Pablo Jiménez y Amaury Rosario, quienes ofrecieron su cercanía y guía espiritual a lo largo del encuentro.

El ambiente festivo y profundamente espiritual fue animado por el Ministerio de Música Militantes, cuya energía contagió a todos los presentes. También la participación artística del Departamento de Arte y Cultura de la PUCMM y la emotiva puesta en escena del Teatro San José, de la Parroquia San José de la Montaña.

De manera especial, agradecemos la colaboración de las Hermanas Siervas de Cristo Resucitado, quienes dieron una dimensión profundamente espiritual y de servicio durante toda la jornada.

Agradecemos a la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) por recibirnos, como cada año, con los brazos abiertos. Su apertura, disponibilidad y espíritu de servicio han sido clave para hacer posible esta gran celebración.

Esta Pascua Juvenil no solo fue un espacio para la celebración litúrgica, sino también una verdadera manifestación de comunión, creatividad y compromiso con el mensaje del Evangelio. Los jóvenes salieron motivados a ser “Resucitados llenos de esperanza” en sus comunidades, llevando la luz de Cristo al mundo que los rodea.

El éxito del encuentro es fruto del trabajo compartido por todos.