Por: José Jordi Veras Rodríguez.

A veces no resulta tan fácil acoger la Palabra en medio de la tormenta o de aquello que nos intenta agobiar y existen momentos en que si permitimos que todo esto entre en nosotros, sin embargo, lo importante es que podamos tener la suficiente capacidad de reconocer el instante que estamos pasando y que confiemos que utilizando la oración y a través de ella depositar en quien todo lo pueden, que será capaz de ayudarnos en vencer lo que intenta penetrar para destruir lo que hemos avanzado o construido en nosotros mismos.

Bien lo indican las Escrituras cuando nos dice: “por nada estéis afanosos; sino sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”.

Deja todo aquello que te pueda o esté perturbando en sus divinas manos y cree en su promesa que te cumplirá porque Él te lo ha dicho en su Palabra. No estés afanado ni preocupado porque si estás con Él, suficiente será para salir adelante. No veas solo la oscuridad del día sino la luz que irradia su fuerza dentro de ti. Él hará que todas tus heridas sanen. Que todas tus dolencias sean curadas. Que tu cansancio encuentre descanso. Porque si depositas en Él toda tu confianza, no quedarás defraudado. 


Mira lo que nos dice Jeremías 30:17

17 Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice nuestro Señor”.

Qué difícil es soltar a veces. Qué difícil es dejar de creer en que solo tú con tus fuerzas puedes hacerlo todo. Cuán difícil es dejar o querer controlarlo todo. ¿Por dónde está ese espacio que le estamos dejando a Él para que haga su labor en nosotros y en el alrededor?


Ahí donde tienes que dejar de amarrarlo todo está la fuerza de tu fe. Queremos orar pero no queremos creer. Queremos decir que creemos pero no soltamos o no dejamos de angustiarnos. Entonces, ahí en medio de esa tormenta Él no puede funcionar contigo. Lo que hacemos es que nos resistimos de forma monumental.

Miren lo que nos dice Juan en dos espacios distintos. 
1 de juan 5:14


14 Y esta es la confianza que tenemos en El: que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”. Lo leíste, habla de: confianza hacia Él, es como le habíamos indicado a alguien hace un tiempo, es como dejarte caer al vacío sabiendo que no caerás porque serás atrapado en sus redes.

Y miren ahora Juan 14:13:

13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”.

Eso dijo Jesús, hace más de 2 mil años y permanece, qué difícil es aún creer de corazón y abandonarte a Él.  Es más fácil acoger la queja, antes que la confianza.  Necesitamos por momentos más de la duda que de la certeza. No sigas preguntándote, ¿por qué a mí?  Aprende del proceso y haz más fuerte tu fe hacia El.


Terminamos con Mateo 7:8. Y con ello busquemos descansamos en Él, porque el desgaste emocional y físico cuando no podemos o sabemos dejar en sus manos, nos hace estar agotados al final del día. 

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.

Toca su puerta hoy y permite que Él te brinde eso que estás pidiendo y antes de cumplirte te brindará la fortaleza que acompaña la Palabra para que sepas que Él está contigo a tu lado. Nada te brindará mayor consuelo y gloria que su presencia.