Un Mensaje para ser mejores 

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Editorial

El 27 de febrero los dominicanos celebramos el 181 aniversario de la Independencia Nacional, y nuestros Obispos como cada año envían  un mensaje a la Nación. En él tocan diversas realidades siempre con la intención de aportar para que busquemos soluciones a los problemas que nos afectan. 

Ante los cambios acelerados que vivimos en nuestro país, en el ámbito social, político,económico, migratorio, cultural, y del medio ambiente, se percibe desánimo, indiferencia, minusvaloración de lo nuestro, entre otros. En tal sentido, queremos compartir un mensaje motivador que nos oriente y ayude a superar los desalientos, fortalecer la resiliencia del pueblo dominicano y fomentar una actitud positiva frente a los desafíos del presente.

Nos llaman a: 

  • Sembrar el anhelo de la paz desde la fe en medio de la violencia y la inseguridad ciudadana, y para ello urge que se concretice la reforma policial ya iniciada y se fortalezca la justicia.
  • A defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
  • Realizar una alianza social para promover la esperanza en medio de una sociedad del descarte. Ya que las personas, si son pobres y marginadas, se les trata como desechables.
  • Reconocen que hay mejoras en el sistema penitenciario, pero ven que todavía muchas cárceles  son lugares inhóspitos e incapaces de realizar su rol regenerado. 
  • Sobre los hospitales llaman a que sean espacios donde se procure la salud integral de nuestros enfermos. No se percibe con claridad, una política pública para afrontar la gestión misma del sistema de salud, temas como la salud mental y las dificultades de los usuarios con las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS)
  • Lamentan la situación de muchos jueves que ni trabajan, ni estudian y se sienten tentados a migrar del país o conseguir dinero fácil. 
  • Plantean la  brecha existente entre ricos y pobres. La tasa del desempleo y el alto costo de la canasta familiar.
  • Alzan su voz por el cuidado de la Casa Común ante los impactos negativos medioambientales, y de la industria minera

Esperamos que este Mensaje encuentre eco entre quienes tienen la responsabilidad de hacer realidad las transformaciones sociales necesarias que exige el país para que el pan y la alegría nos pertenezcan a todos.

Este será el mejor tributo que le haremos a los forjadores de nuestra nacionalidad.

Podemos construir un mejor país, y ante nuestros Obispos decimos: Esta es nuestra esperanza basada en Jesucristo, porque sin él seremos como aquellos que construyeron sus casas sobre arena, y vinieron los vientos y crecidas de ríos y lo destruyeron.

Con nuestro esfuerzo y voluntad el mañana será mejor.