42. EL ARCÁNGEL SAN MIGUEL, POTENTE DEFENSOR CONTRA SATANÁS

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Padre Jimmy

El Arcángel San Miguel es reconocido como el potente defensor contra Satanás, un enemigo mucho más temible de lo que a menudo se piensa. Según San Juan Pablo II, las Escrituras revelan que la influencia de Satanás cubre el mundo entero, manifestándose principalmente a través de la tentación al mal, manipulando la imaginación humana y apartando las almas de la ley divina. El Papa Pablo VI lo describe no solo como la ausencia de bien, sino como una fuerza activa y corrupta que siembra confusión, especialmente a través de sociedades secretas como la masonería, que buscan socavar la fe y la autoridad de la Iglesia.

El cristianismo enseña que Satanás no fue creado malo, sino que, siendo un ser espiritual bello, se rebeló contra Dios debido a su orgullo, deseando ser igual a Él. Este acto de rebelión, liderado por Lucifer, transformó a estos ángeles caídos en los enemigos de Dios, conocidos como demonios. Jesús mismo hace referencia a la caída de Satanás, describiéndola como un rayo descendiendo del cielo, simbolizando el paso de la luz a las tinieblas.

La lucha espiritual iniciada en el ámbito angelical se extendió a la humanidad con la caída de Adán y Eva, quienes cedieron a la tentación de Satanás. Hoy en día, la batalla entre el bien y el mal sigue activa en el mundo, luchando por las almas humanas. En este contexto, San Miguel juega un papel crucial como protector contra las fuerzas malignas. A lo largo de las Escrituras, se le presenta como el líder de las huestes celestiales, luchando por la gloria de Dios y la protección de su pueblo. Es conocido como el “Príncipe de los Ejércitos Celestiales” y es representado en la tradición cristiana como el guerrero celestial que derrota a Satanás, simbolizando la victoria de la luz sobre las tinieblas.

La lucha en la que San Miguel participó en el cielo, mencionada en el Apocalipsis, es vista como un modelo para los cristianos. Su grito “¿Quién como Dios?” no solo desafió a Satanás, sino que proclamó la supremacía de Dios sobre todo mal. Los fieles recurren a San Miguel como protector, sabiendo que su intercesión les ayuda a enfrentar las tentaciones y luchas espirituales cotidianas.

San Miguel no solo es defensor celestial, sino también patrón de la Iglesia, combatiendo las fuerzas del infierno y protegiendo a los creyentes. En tiempos de dificultades, los cristianos son llamados a pedir su ayuda en la batalla espiritual. Como expresó el Papa León XIII, es esencial mantenerse firmes en la fe y la oración, recordando que, aunque la lucha continúe, la victoria final ya ha sido ganada por Cristo. Vivir en la gracia de Dios y luchar cada día en el espíritu de Cristo es la clave para alcanzar el Reino de los Cielos.

Arcángel san Miguel, defiéndenos en la lucha; 

Sé nuestro amparo contra la maldad y las acechanzas del demonio.

Pedimos suplicantes que Dios lo mantenga bajo su imperio;

y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja con el poder divino, en el infierno a Satanás y los otros espíritus malignos, que andan por el mundo tratando de perder las almas. Amén.