El término ´´jarismo´´ (Carisma o dones) aparece 17 veces en el Nuevo Testamento, todos en los escritos de Pablo, es paralelo a ´´jaris´´(Gracias). El carisma es don particular pero a la vez es multiforme, hay diversos carismas (ICor,1,5 y Gal 12,4). El Espíritu es el que agrupa y disemina los dones o carisma (Icor 12,11). Pablo emplea la imagen del cuerpo y de sus miembros (Rom 12,4), para explicitar esta realidad, ya que los dones favorecen el clima de entusiasmo de los cristianos.
En Rom 12,3-7 Pablo ubica al cristiano como miembro de un cuerpo que lo supera y tiene una función para la edificación de todos. Cada uno es un miembro humilde de Cristo, unido a los hermanos, miembros uno de otro para servir y ayudar en las necesidades, y todo basado en el amor. En ICor 12,1-11 se muestra una comunidad donde hay rivalidad con los dones, ella está impresionada con los carismas, como el hablar en lenguas, de ahí que en un ambiente así muchas cosas se prestan a confusión: todos quieren hacer ver sus dones, los que tienen otros ministerios por no tener esa experiencia se sienten inútiles. Pablo especifica lo del carisma del Espíritu a cada uno para edificación de la comunidad, por lo tanto ninguno se debe contraponer, pues dirá que somos un solo cuerpo con un único fin, él como en Romanos insiste en la figura del cuerpo, así como en el cuerpo hay su orden, en la Iglesia también: primero los carismas vitales de la Iglesia: la Palabra: apóstoles, profetas y maestros; los demás carismas vienen después, y todos confluyen en el amor (ICor 13), invita a no buscar los carismas espectaculares, insiste en el carisma de la Palabra.
En la exposición de Pablo hay una jerarquización de los carismas o dones:
ORDINARIOS (Rom 12,6-8) EXTRAORDINARIOS (ICor 12,4-11)
-Profecía -Palabra de sabiduría
-Servicio -Palabra de ciencia
-Enseñanza -Curación-milagros
-Exhortación -Don de lengua
-Capacidad de compartir
-Presidir la comunidad
-Práctica de la misericordia
En conclusión, tanto en Romanos como en Primera de Corintios, el apóstol Pablo anima a la búsqueda y ejercicio de los carismas o dones ordinarios y necesarios en la comunidad, pues en la comunidad de los Corintios se le había dado demasiada importancia a los extraordinarios. El criterio base es que el carisma o don debe estar al servicio de la comunidad, no del individuo.
Hoy día como en tiempos de Pablo, la Iglesia sigue viviendo de los dones que el Espíritu disemina en la comunidad, la confusiones como en la comunidad de los Corintios se siguen aún dando, aunque tengamos en las Sagradas Escrituras la iluminación y enseñanza que nos da el apóstol, pero también la finalidad es la misma, que la comunidad crezca y madure en el caminar de su fe a través del servicio a sus hermanos, y para eso son los dones y carisma, por eso la necesidad del amor para así verdaderamente hacerlos ver y sentir en el itinerario de nuestro caminar en cristiano.