Hay niños que son valientes y audaces. Así era sin duda Hans Thomas, un niño noruego que decidió encontrar a su madre desaparecida. Su madre lo abandonó cuando sólo tenía cuatro años. Un día salió de casa para ir a trabajar y no volvió, sólo le informó a su marido que quería permanecer fuera de casa por algún tiempo porque necesitaba encontrarse a sí misma.
En esta historia el amor y gran deseo del niño de ver a su mamá consiguieron, en definitiva, sacar a la madre que vivía en la ilusión del cuento de hadas de la moda. Fue el amor el que puedo obrar verdaderos milagros. Al cabo de un año, eran cuatro, porque con el nuevo reencuentro nació una hija, a la que llamaron Angélica, para recordar al ángel bueno que inspiró y apoyó a Hans Thomas en su incansable búsqueda de su madre.
¡Cuánto puede hacer el verdadero amor de un niño por su madre y por su padre! El niño, que naturalmente necesita un padre y una madre, también ayuda a sus padres a descubrir la belleza de su vocación paterna. Por lo tanto, el niño también tiene una tarea importante y única que cumplir en la construcción de vínculos familiares. Justo aquí entra el papel del ángel bueno, que dirige y estimula con sus inspiraciones las actitudes y gestos del niño, utilizando sus impulsos sanos y naturales.
Verdaderamente grande e inagotable es el amor de Dios por nosotros. Puede utilizar la voz natural del amor que un niño siente en su corazón no sólo para recordar a los padres su responsabilidad, sino también para darles una comprensión más profunda de su dignidad especial. En mi vida pasó algo parecido, pues siendo niño, no permití que mis padres se divorciaran y más aún, logré su reencuentro consigo mismo y con Dios. Este puede ser tu caso también, si te dejas inspirar por tu buen ángel.
Santos ángeles, hoy en día muchos matrimonios se rompen por cualquier motivo. Actúa con perseverancia en el corazón de los hijos de estas familias. Mantén en ellos el respeto y el amor hacia ambos padres, para que así los padres redescubran el gran valor de una familia que vive en el amor, la unidad y la armonía. Amén.