Me asalta vergüenza ajena
cual moral razonamiento
y el íntimo pensamiento
como relámpago truena
mezcla de ira y de pena
en doloroso estallido
al ver cómo se ha perdido
la ética como aval
tras el triste vendaval
del interés desmedido.
La política es acción
y ante todo es una ciencia
para ejercerla a conciencia
desafiando la coacción
sin entrar en transacción
para propios beneficios
de mercaderes fenicios
que ofertan en oro y plata
su mercancía barata
de liderazgos ficticios.
Duarte elogió a esta ciencia
ejerciéndola en su vida
de la manera debida
sin pensar en conveniencia
y en pos de la Independencia
que hizo su santa causa
enteramente y sin pausa
y a costa de mil suplicios,
peligros y sacrificios
por los que el destino encauza.
Se espera que en la misión
de quién política ejerza
el peculado no tuerza
su tarea y su visión
pues provoca repulsión
verlo actuar como veleta
cambiándose de etiqueta
un día sí y otro también
pues la gente no ve bien
ese cambio de chaqueta.
Se olvidaron ideales,
principios y compromisos
como “líderes” remisos
que protegen sus caudales
y para colmo de males
le celebramos la gracia
que corroe la democracia
y del país sus cimientos
ojalá estos movimientos
no sean nuestra desgracia.-