¡El plátano a 30 pesos!

Creo que nuestros abuelos jamás pensaron que algo así pudiese suceder. Sobre todo ellos que son deudores de este elemento alimenticio en la dieta del dominicano. Pues el plátano sobre todo hervido (“sancochao” como dice nuestra gente), es parte fundamental de los llamados víveres, los cuales en aquella sociedad rural y pobre se hacían presente en el desayuno y en la cena o en cualquier momento del día. Pero todavía hoy día siguen presente en el acervo culinario del dominicano, y ya no solo la moción hervida, sino de diversas formas que van de los “frito verdes” o “tostones”, pasando por el plátano maduro frito y también en el pastelón hasta otras innovadoras formas como el “mangú”, que incluso se ha hecho marca país.

En los últimos tiempos es que el dominicano se ha hecho amigo del pan y este ha venido a ser un ente de competencia para el plátano y demás víveres. Pero aun así el plátano sigue teniendo la preponderancia y preferencia en el dominicano ya sea grande o chico, y siguen todavía los grandes cultivos en el sur y en la región norte, siendo un rubro de ganancia en la producción agrícola de campesinos y grandes productores agrícolas de estos lugares.

El enemigo jurado de los grandes y pequeños platanales han sido siempre los huracanes y los grandes vientos ocasionales e intempestivos, que se hacen presente en cualquier tiempo de nuestro impredecible clima, lo que lleva muchas veces a su escasez y especulación en el mercado. Esto se suple con la importación adecuada, para no perjudicar al productor criollo. De ahí la importación de plátanos de los países vecinos que son productores, sobre todo los de Centroamérica. Entonces esto hace que su precio se mantenga asequible para la población, sobre todo la más pobre que tiende a ser la más consumidora del producto, diríamos por cultura y necesidad.

Pero en la actualidad tenemos al plátano a un precio, que como dije al principio era algo impensable: 30 pesos la unidad y con posibilidades de seguir aumentando. Hasta ahora por mi parte no he escuchado ninguna autoridad que haya dado explicación de la subida. Pienso que tal vez ha sido causa de los pasos por el Caribe de los huracanes pasados o tal vez algún desequilibrio en la producción agrícola planificada que hoy se tiene, o efectos de la pandemia que sacó de época de siembra al campesino, pero de ser así, no entiendo por qué no se ha suplido con importaciones para mantener el precio asequible a la población.

 Ahora bien, sucede que también junto al plátano hay otras cosas que han subido de precio en la canasta familiar y en los servicios. Es como si comenzará a darse una escala alcista y especulativa en el mercado de las cosas necesarias para el sustento del pueblo, con la triste impresión de que esto está pasando desapercibido, o hay cierta indiferencia de las autoridades competentes en estos asuntos. Esto no debe ser, pues las mismas deben estar al tanto de estas distorsiones del mercado, ya que las alzas no son compensadas con aumentos en el sueldo de los dominicanos y esto provoca que muchos entren en la red de la población pobre del país, aunque los papeles de ciertas instancias de Gobierno y organismo internacionales digan que República Dominicana está por debajo de diez en la línea de pobreza de América Latina. 

El plátano no puede seguir a 30 pesos ni seguir subiendo. Hay que hacer algo y pronto, pues las autoridades del Gobierno deben saber que lamentablemente nuestra gente buena y sencilla piensa más a partir de lo que llega a su estómago, que por lo que entra a su cabeza.