Muerte psicógena

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“La muerte no espera a ninguno.”

Don Bosco

 

Tal vez usted ha escuchado que alguien murió de pena o que se dejó morir por no tener ganas de vivir. Aunque le parezca extraño, es posible morir por cau­sas mentales y emocionales.

La muerte psicógena es el deceso en ausencia de una con­dición médica que justifique la muerte y tie­ne como principal cau­sa la influencia de la mente sobre el funcionamiento del cuerpo y la energía necesaria para vivir.

Entre las posibles causas para la muer­te psicógena están:

Una alteración car­díaca producida por un evento traumático, en el que la persona reci­bió una gran tensión emocional que le ori­ginó un infarto al miocardio o un accidente cerebrovascular. Una fuerte tristeza que cesa la motiva­ción de vivir.

Una alteración ce­re­bral en el área de la motivación conduc­tual seguida a un trauma.

Etapas que preceden la muerte psicógena:

  1. Fase de retirada social

En la  primera fase, la persona muestra re­traimiento, aislamiento y alejamiento del en­torno, se torna ego­cén­trica, alejada del mun­do, pasiva e indi­ferente emocionalmente. Esta fase ocu­rre luego de un trauma emocional.

  1. Fase de apatía

En la segunda fase, el sujeto empieza a notar una falta total de energía junto  a  una sensación de fuerte desconexión de la realidad. En esa fase, se puede llegar a perder el instinto de preserva­ción y dejar de luchar para desarro­llarse y seguir viviendo.

  1. Fase de abulia

En la tercera fase, se pierde la energía, la motivación y la capa­cidad de tomar decisiones. Es una  especie de entumecimiento mental, que provoca el olvido de satisfacer las necesidades básicas.

  1. Acinesia psíquica

En la  cuarta fase, se presentan muchos síntomas, la persona está consciente de ello, pero es incapaz de re­accionar aún sintiendo dolor o malestar.

  1. Muerte psicógena

La última fase del proceso es la que lleva a la muerte real de la persona, tras una etapa en que ningún tipo de estimulación logrará que el sujeto reaccio­ne. No hay motivación para vivir y el sujeto se deja ir.

Si tiene un familiar con estos síntomas,  auxíliese de  un profesional de salud mental.

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