El profeta tiene que molestar a la sociedad, cuando la sociedad no está con Dios. No es voluntad de Dios que unos tengan todo, y otros no tengan nada. De Dios es la voluntad que todos sus hijos sean felices.

Así habló Monseñor Óscar Romero, hoy San Óscar Romero, y al cumplirse 43 años de su martirio sus palabras nos siguen interpelando. Nos llaman a ser coherentes con nuestra fe,  asumiendo el compromiso de trabajar por una sociedad más justa y fraterna.

Los signos de muerte que estamos viendo en América latina, y otras partes del mundo son una negación al plan de Dios que San Óscar soñó . El aumento de la pobreza la violencia, el crecimiento del número de inmigrantes, que llevan a cuesta la desilusión de no encontrar en sus países una vida digna.

 La corrupción en la administración pública que impide a nuestros pueblos un desarrollo colectivo, son males que seguimos arrastrando. Y saber que la falta de consecuencia para los culpables de estas acciones, quedan envuelta en la complicidad de unos con otros. 

Esperamos que el testimonio de vida de San Óscar Romero nos motive a dejar atrás la indiferencia frente a los abandonados y descartados por una sociedad que hace del tener su dios.

San Óscar Romero,  ruega por nosotros

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