El 15 de mayo del año pasado el Papa Francisco  elevó a los altares al Beato Carlos de Foucauld, conocido como el Hermano Universal, ya que en su vida quiso vivir a cabalidad desde las arenas del desierto de Argel, la fraternidad con todos, a la cual todos los cristianos estamos llamados.

El fue un francés que andaba en búsqueda de no se sabía qué, ya que hizo carrera militar, probó como cartógrafo, busco en los placeres del mundo, pero nada satisfacía aquel corazón, y como el que busca encuentra, en una confesión con un sacerdote encontró a Jesús, y en palabras suyas desde que lo conoció se dio cuenta que no podía ya vivir sin él, que no tenía necesidad de seguir buscando, pues como otros buscadores como Pablo, Francisco, Ignacio y demás, su búsqueda había terminado.

Se hizo monje, sacerdote, y ahora lo que quería era estar más cerca de Jesús imitarle a cabalidad, pero sobre todo en el silencio de la vida callada de Nazaret, y se fue hasta allá, pero luego entendió, que también a Jesús se le servía y se le encontraba en el hermano, en especial el hermano pobre y se fue a vivir con los más pobres que conocía: los habitantes del desierto de Argel, allí en una choza más que casa, tenía una capillita donde en silencio oraba y contemplaba a Jesús en la Eucaristía, pero aquel lugar se convirtió en lugar de encuentro con sus paisanos franceses del ejército.Los y que iban de camino, los habitantes del lugar y refugio de los esclavos del momento que huían de sus amos.

Defendió a esta gente ante sus compatriotas franceses y para que ellos los valoraran compuso un diccionario del idioma de ellos al francés y con ellos fue a Francia para hacer que respetaran su dignidad.Quiso hacer una comunidad pero no hubo tiempo, la muerte le sorprendió en medio de los enfrentamientos de las tribus del lugar. Murió pero su ejemplo y testimonio  se dio a conocer, y su deseo de un grupo que trabajará y viviera los valores del evangelio a  semejanza suya se dio, pues surgió el grupo de los Hermanitos del Evangelio, luego los hermanitos de Jesús y más adelante la rama femenina de estos grupos, pues una nueva espiritualidad había nacido, basado en su vida y sus escritos. Luego la familia de Carlos de Foucauld siguió creciendo, surgieron fraternidades de sacerdotes diocesanos y de laicos y hoy día se han extendido por el mundo entero.

En nuestro país tenemos fraternidades sacerdotales, de seminaristas y laicos, el pasado fin de semana 18 laicos de la Fraternidad Seglar Carlos de Foucauld se encontraron en el monte de Oración de San Víctor Moca, para tener un retiro en el cual prepararse para la cuaresma y adentrase más en el conocimiento y práctica de la espiritualidad foucoldiana.Un servidor, junto a Mons. Rafael Felipe (Fello como le conocemos y promotor e iniciador de este movimiento en nuestro país), les acompañamos con las meditaciones, momentos de oración, guía para las revisiones de vida y las eucaristías que tuvieron en los diversos momentos del encuentro. 

Para ellos y nosotros fue una gran experiencia de compartir como hermanos de un mismo ideal cristiano y de vivir el seguimiento a Cristo a través de lo que San Carlos de Foucauld ha dado a la Iglesia. Pedimos al Señor que nos ayude a que ese deseo de fraternidad universal, intimidad con Cristo y servicio a los más pobres y necesitados, que animó al Hermano Carlos, siga en este grupo y en todos nosotros, para que el reino de Dios se haga presente en nuestras vida y en el mundo.

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