Detengamos la locura

Para salir de la casa

hay que pensarlo dos veces 

porque no son pequeñeces

lo que diariamente pasa,

y es que cualquiera fracasa

cuando menos se imagina

porque al doblar de la esquina,

al traspasar el umbral, 

hoy es cosa natural:

“¡Atracaron la vecina!”

No son sólo los atracos 

en sus diferentes formas, 

que ya han roto con las normas 

de tradicionales cacos,

que hasta trajes policiacos 

(¡colmo de las osadías!)

usan en sus tropelías

lo que nos tiene alarmados

la incursión de uniformados

en las mismas correrías.

El tema de la violencia 

es un asunto crucial

en un conflicto social

de singular virulencia,

porque, al decir delincuencia, 

sinónimo de maldad,

pienso en la desigualdad 

y en otros males humanos

que se nos van de las manos

pues se impone la crueldad. +

Planes y planes y planes …

entre gobierno y gobierno 

para frenar el infierno

que desatan los rufianes 

y prosiguen los desmanes, 

aunque cambien jefatura,

y se anuncie mano dura

para aplacar a la gente

que pide de forma urgente

detener esta locura.-