La pelota y elecciones 

en tierra dominicana 

y de campana a campana 

son de las grandes pasiones 

en perpetuas discusiones 

de antagónicas posturas

suben las temperaturas 

en defensa de un equipo

o un partidario arquetipo

defiende candidaturas.

De unos años a esta parte

aplican una herramienta

que determinar orienta

el favorito estandarte

y que en público comparte

la investigación supuesta

de la masiva respuesta

a preguntas muy puntuales

que son datos porcentuales

que publican las encuestas.

Hay firmas reconocidas

y otras que son sólo invento

que procuran en su intento

con cifras bien retorcidas

dejar más que complacidas

a las manos “generosas”

que en campañas onerosas

gastan cientos de millones

buscando en las votaciones

salir al final airosas.

Por tanto, sus resultados

son un tema de debate

que se defiende o rebate

por intereses creados

y no bien son presentados 

se alborota el avispero

sobre cuán falso o certero

es el cómputo de datos 

y ahí mismo los candidatos

desatan el reperpero. 

Hay que tratar de evitar 

viejas manipulaciones 

que al sistema de elecciones

llegan a debilitar,

y así posibilitar

un certamen transparente 

que avale al contribuyente

ejercer ese derecho

es lo que ansía de hecho

(del país) toda la gente.-