Al hablar de diplomacia tratamos de relaciones  entre distintas naciones que no es simple burocracia  pues actuar con eficacia en el foráneo ejercicio siempre es de beneficio a favor de nuestro Estado que millones se ha gastado en el costoso servicio.La carrera diplomática requiere preparación y elevada formación académica y pragmática de manera sistemática para su designación pues motiva indignación ver que nombran a un cualquiera aunque con eso sufriera la imagen de la nación.Es la materia pendiente que debemos aprobar para poder acabar esa carga  ineficiente (sin  criterio  complaciente)desde el gobierno empleador dando valor y esplendor al exigente escenario justificando al erario ser cónsul o embajador.Que actúe Cancillería de manera responsable nombrando gente honorable que al país le sumaría;y esto (¡claro!) agradaría mucho a los dominicanos sabiendo en mejores manos y en un nivel superior la política exterior … ¡no un botín para villanos!

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